Petróleo venezolano: una renta que jamás se sembró

La renta que jamás se sembró

Hay otra manera de evaluar el negocio petrolero en Venezuela que no es tan halagüeño cuando se apela la evidencia sobre la evolución histórica del nivel de reservas, capacidad de producción y de refinación de petróleo. Desde los años sesenta hasta el presente ha ocurrido todo lo que uno pueda imaginar como gobernanza populista, la siembra del petróleo ha sido una muestra de dilapidación, de ocurrencias caudillistas, no se sembró de manera significativa. La renta petrolera se utilizó más bien como mecanismo distribuidor de ingresos por la vía de un mal gasto público que recreó la falsa ilusión de desarrollo y sirvió como dispositivo propagador de pereza social. Al menos durante los primeros 39 años de democracia desde 1960 hasta 1999 la industria petrolera mantuvo su infraestructura, la mejoró y desde la perspectiva organizacional tuvo una condición de categoría mundial.

El drama de un país inmensamente rico

“…de Venezuela la rica, la riquísima, la mil veces rica, —inesperado centro de musicalia, sede de la más audaz arquitectura, lonja de artistas, mecenas estrellado (¡oh antifaz, oh irrisión!)—, de Venezuela humeante de petróleo, husmeante de pan, azul de hierro, lívida de hambruna, centelleante de brillantes, mate de malaria, han venido millones de pobres venezolanos y los millares de sombras que toman aquí, entre nosotros, vacaciones de los penales, presidios, cárceles, penitenciarías y bóvedas, en que pagan el planteamiento de un pleito: ¡el vuestro, el nuestro!”

El sueño de las escalinatas. Jorge Alberto Zalamea. (http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=2138&t=El+sue%F1o+de+las+escalinatas&p=Jorge+Zalamea&o=Jorge+Zalamea)

Desde 1999 llegó una suerte de decadencia petrolera voluntaria para el país en el momento de mayor descubrimiento de reservas petroleras. La evidencia en cuadro y gráfico muestra en varios ciclos el volumen de reservas en petróleo alojadas en el subsuelo de cada país. Los valores están expresados en miles de millones de barriles. Durante los últimos 21 años las reservas probadas de Venezuela aumentaron en 340%, del séptimo lugar que ocupaba en 1999, pasó a ocupar el primer lugar en 2016.

Reservas de petróleo

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Venezuela extrae lo que puede.

A pesar de ser el país con mayor crecimiento de reservas en el mundo, su capacidad de producción es prácticamente la misma desde hace 50 años, es decir se extrajo renta, pero no se sembró suficiente para aumentar esa capacidad. Hemos tenido liderazgos ocurrentes de inflamada retórica, muy exitosa extrayendo rentas con poca creación de valor social. Los valores se expresan en millones de barriles diarios.

Capacidad de producción de petróleo

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Venezuela extrae, pero no transforma.

De la misma forma que no ha habido esfuerzo para aumentar la capacidad de extracción, tampoco ha habido interés en aumentar la capacidad de refinación. No agregamos valor a la actividad transformadora del petróleo, ni para producir gasolina, todos los países petroleros han mejorado esa capacidad, nosotros mantenemos en promedio la misma capacidad de refinación de hace 50 años.

Capacidad de refinación de petróleo

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La capacidad de asombro se desborda cuando comparamos dos países Irak e Irán con toda una historia de guerras, bloqueos y sanciones y validamos la manera como han crecido en capacidad refinadora a pesar de la adversidad.

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Conclusión.

Poseemos el 20,5% de las reservas del mundo, producimos tan solo 0,8% y refinamos apenas 0,4%. A casi 80 años de la propuesta de Alberto Adriani Mazzei y Arturo Uslar Pietri, la única siembra “productiva” de la inmensa extracción de renta petrolera ha sido la propagación de una cultura populista-iliberal donde la responsabilidad según los gobernantes de turno siempre es de otros, hasta del imperio, pero nunca suya.

Petróleo en el mundo.
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Si se sembró poco ¿Se habrá hecho bien?

En nuestra comunidad económica existe la idea dominante de que el crecimiento económico a como dé lugar induce el empleo, la demanda de bienes de capital, la de bienes intermedios, la de insumos, que a su vez de manera circular aumenta la demanda de bienes y servicios de consumo final e incentiva de nuevo más inversiones y así sucesivamente el proceso se repite una y otra vez creando bienestar.

Es el entendimiento del sistema económico en equilibrio que escapa a la condición desequilibrante y dinámica que rige la naturaleza. Las tesis convencionales que plantean la necesidad de crecer para no colapsar, reforzada desde el deseo de consumir más y de producir más. Es la idea de que siempre habrá recursos y siempre crecerán de manera continua. Pero eso contradice el principio de la dinámica de la naturaleza y del necesario recato en su aprovechamiento, en el mundo es inevitable la formulación de propuestas reversibles en función de daños no anticipados derivados y colaterales de la energía fósil (Nicholas Georgescu – Roegen).

La idea de la generación de entropía del modelo de crecimiento, de la siembra del petróleo (Adriani – Uslar Pietri) y de la premisa de la realidad como inestable, dinámica y desequilibrante fueron relegadas sin considerar que, en el frenesí del uso de materiales, siempre hay una parte que se degrada y que es imposible de recuperar, ni con los métodos más futuristas de reciclado. Y es que ni siquiera sembrando el petróleo se ha hecho bien la tarea en Venezuela. Es el mito de las grandes obras de infraestructura, de proyectos colosales perdidos, inconclusos o simplemente inexistentes o de difícil mantenimiento ha sido la norma. Hay que considerar que el proceso económico es entrópico: no crea ni consume materia o energía, sino que solamente trasforma baja entropía (petróleo, minerales, metales preciosos) en alta entropía (represas, bienes y servicios, obras de infraestructura, …). Por lo tanto, había que garantizar la auto sustentabilidad y el control de impactos perversos colaterales. Eso ni se menciona en este país y es clave en la definición de su futuro.

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