El tema.
Dos factores son consustanciales en la definición económica del momento como institucional normativo, no como un momento ejecutivo y de Gobierno. Primero, las competencias de una Asamblea Nacional no son las de ejecución de polÃtica económica, en nuestro escrito sobre las funciones de la Asamblea Nacional lo tratamos anteriormente (hacer click en: Funciones y alcance de la Asamblea Nacional). Segundo, la economÃa como disciplina es mucho más vasta y compleja de lo que se cree en nuestro paÃs. Las instituciones son los mecanismos de carácter social, a través de los cuales se organiza y normaliza el comportamiento de los ciudadanos en función del bienestar social. La economÃa no es solo variables resultado, es también el análisis económico del marco regulatorio.
Impacto regulatorio.
A nivel de impacto regulatorio, no se distingue si la referencia es una institución como el BCV o un actor individual frente a la norma. El impacto regulatorio es la consideración conjetural del cómo las partes interesadas reaccionan ante la regla, sin que existan asimetrÃas de información e incentivos perversos que afecten la eficiencia del mercado.
AutonomÃa, legitimidad e independencia de los poderes públicos.
El otro aspecto de la economÃa institucional es la observancia de la autonomÃa, la legitimidad e independencia de los poderes públicos, de modo que el riesgo del abuso de poder se diluya en la medida que no exista posibilidad de que una hegemonÃa se aproveche del poder para corromperse y corromper.
La precedencia de lo institucional y lo conjetural.
La acepción de macrocroeconomÃa en nuestro discurso se refiere a los equilibrios reguladores de las variables resultado: nivel de precios, tasa de interés, tipo de cambio, tasa de desocupación involuntaria. La macro es sustancial en la formulación de polÃtica económica, es condición necesaria, pero no lo es todo, sobre ella tiene precedencia lo institucional y lo conjetural, es la crÃtica constructiva a la desviación “economicista” de nuestra disciplina.
Si hay responsabilidad a nivel de Asamblea Nacional en tener una propuesta económica de orden institucional y si existe:
- La del análisis de impacto regulatorio
- La del logro de la debida autonomÃa, legitimidad e independencia de los poderes públicos.
Ocurre que el pensamiento económico dominante en Venezuela es macroeconómico, de allà la dificultad para plantear a nivel mediático un discurso desde la perspectiva de la economÃa institucional o desde las conjeturas propias de la microeconomÃa que es el terreno de las reformas.
El momento es institucional, no desde ahora, lo es desde el momento que el actual Gobierno destruyó la base institucional del paÃs. En el debate económico se perdió el foco y se centró todo el arsenal cognitivo en la dimensión macro y cuando el problema con precedencia era la asfixia regulatoria y los incentivos perversos, recreados desde la hegemonÃa de un partido en todos los poderes públicos. El sesgo macroeconómico tomó cuerpo porque también resulta más mediático hablar de variables resultado, opinar en función de lo que el público quiere escuchar y no de las verdades amargas de la realidad.
Las pócimas y panaceas funcionan si y solo si, existe un mÃnimo de fortaleza institucional. De paso no es tarea de un órgano legislativo ejecutar polÃtica económica esa es una función del poder ejecutivo.