Elecciones de noviembre 2022 en EEUU: las consecuencias sobre los conflictos del mundo y para la democracia

Ucrania podría perder no ante Rusia sino con los electores de EE UU, al igual y la democracia podría retroceder en países frágiles

La gran confusión

Las elecciones de este martes fueron vistas por los analistas como un momento realmente crucial para el gobierno estadunidense, pero pereciera que cualesquiera que hayan sido los resultados, los impactos serán mayores en otros lugares, por ejemplo, en Ucrania tenemos la percepción de que presenciaremos un aletargamiento del apoyo decisivo que hasta ahora ha tenido por parte de EE UU. El enfoque político de la actual administración, al menos mediáticamente, relanzó el multilateralismo luego de que el presidencialismo de Trump hiciera todo lo posible por sepultarlo. Para Joe Biden, la situación ha sido sin duda particularmente complicada debido a la radicalización de los republicanos que, en una proporción significativa, continúan utilizando todos los recursos a su alcance para oponerse firmemente a los proyectos de los demócratas y de muchos republicanos conservadores.

En relación con la política exterior de EEUU, y desde antes de la llegada de Biden, estaba planteado el retiro de Afganistán y la reducción de los contingentes en los conflictos bélicos del mundo, así fue ratificado en el discurso del presidente Trump quien lo planteó desde su propia campaña electoral afirmando que buscaría forzar acuerdos sobre la base de que en cada zona de conflicto la propia gente de cada país facilitara esos acuerdos o los cambios de sus regímenes. Sin embargo, la retirada de Estados Unidos de Afganistán en agosto de 2021 afectó fuertemente la imagen de EEUU.

Estados Unidos no escapa a la fuerte polarización política presente en casi todos los países de gobernanza democrática avanzada o limitada, la actual administración no encentró respiro favorable entre los votantes republicanos y quizás tampoco un apoyo decidido entre los demócratas. La guerra en Ucrania no se tradujo en un aumento en popularidad a pesar del consenso prevaleciente entre demócratas y republicanos contra la Rusia de Putin y para la asistencia militar masiva a Ucrania. Sin embargo, en el votante prevalece el deseo de que todo aquello que está fuera de las fronteras de EE UU es un mundo lejano y que la realidad cercana local es donde se sufre con inflación y se paga con impuestos lo que suponen son “veleidades de gran potencia” de muchos liderazgos políticos del país. Tras los bastidores de la tecnoestructura del poder y de sus antecámaras domina la idea de que el gran desafío lo constituye China en el terreno tecnológico, bastante menos lo económico comercial y menos aún Europa o el Medio Oriente. Lo que fue el Mediterráneo y el mar del Norte antes del descubrimiento, lo que luego fue el Atlántico es ahora el Pacífico, allí se dilucidará el futuro de la hegemonía compartida entre EE UU y China con unos invitados de connivencia en Europa, Japón, India, Rusia, Irán y otros pocos.

Hasta ahora, la política exterior de las grandes potencias no ha consistido en la exportación de su modo de gobernanza ni pacíficamente ni por la fuerza. En todo caso su estrategia es la de las sanciones directas o ubicuas creando un caos controlado en aquellas zonas de conflicto de modo que converjan hacia un cuadro de relaciones que les sea favorable a sus intereses. Se comete un error de cálculo cuando se cree que un supuesto perfil de comportamiento de los líderes mundiales prevalece sobre las razones objetivas que orientan sus acciones. Es un error crucial hacer depender las acciones políticas de un país con la esperanza de que una fuerza exterior le resuelva lo que su propia responsabilidad es incapaz de hacer.

Nuestra hipótesis de trabajo es que los avances de Ucrania ante Rusia pueden verse seriamente afectados, que la democracia se debilitaría ante el atractivo inmediato del populismo iliberal y el nacionalismo, en un ambiente de cultura autoritaria que se amplía desde cada individuo. La esperanza objetiva tiene su espacio en las bases de la mayoría silenciosa del mundo, obligadas a demandar más y mejor democracia deliberativa y a crear valor desde sus emprendimientos.

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