La asfixia regulatoria fiscal: el nuevo obstáculo para la recuperación económica del país

«Lo que escriben con la mano lo borran con el codo»

Desde abril de 2020 el paulatino control de la emisión irresponsable de dinero y la relajación de los controles de precios dieron lugar a una pausada, pero continua recuperación de la producción agrícola y de la manufactura. Los bienes susceptibles de comercio internacional se fueron alineando con los de los países de la subregión andina.

Al mismo tiempo, muchas empresas confiscadas o apropiadas por el estado se restituyeron a sus dueños o se transfirieron bajo forma de comodato a emprendedores con experiencia, todo parecía que el modelo de política económica estaba replicando las buenas prácticas de países exitosos con gobernanza populista-iliberal (Turquía, Hungría, Bolivia, …) o autoritaria (China, Vietnam, …) y tomando distancia de otros de naturaleza predadora populista y autoritaria (Rusia, Cuba, Corea del Norte, Nicaragua …).

Pero la asfixia regulatoria se ha renovado y ampliado tanto en el gobierno central como en las alcaldías con una panoplia de medidas fiscales que impactan de forma negativa sobre las empresas y emprendimientos que han mostrado los signos de una recuperación económica del país.


La extracción de rentas desde los sectores que agregan valor social y la pérdida de alicientes para los nuevos emprendimientos se magnifican no solo por la presión tributaria que originan sino porque introducen elevados costos de transacción para sostenerse en el mercado o para entrar en él. Es el mal que se ha recreado con los gastos en registros y notarías públicas para efectuar cualquier trámite burocrático.

Debido a la naturaleza efectista con la cual se formulan las políticas económicas, las decisiones que se toman, con demasiada frecuencia, se fundamentan en intuiciones que tienen en cuenta solo los efectos primarios y no secundarios de las iniciativas políticas. Este tipo de regulaciones, en la medida que los procesos no se optimizan y simplifican, se constituyen en fuente de corrupción cuando los trámites para administrar una transacción gubernamental son de difícil cumplimiento y los responsables de administrar tienen poder discrecional, pobre calificación y baja remuneración.

Los incentivos fiscales puestos en práctica sobre el mercado de divisas están mal diseñados pues pueden motivar, en los actores con principios de conducta adquiridos, por cultura, por religión, no egoístas, generosos y altruistas a su conversión en seres amorales y egoístas debido a incentivos que parten del supuesto de concebirlo como amoral y egoísta. El error de política económica no radica en el incentivo por sí mismo sino en la manera como se están formulando.

Hay que entender que las políticas macroeconómicas de ajuste son propuestas coyunturales que tan solo permiten un respiro mientras se afinan verdaderas estrategias económicas, políticas y sociales que den frente a los problemas de fondo del país. Que, si no se logra el consenso, el apoyo, la sinergia y la movilización de la mayoría de los venezolanos en pro de un proyecto de país, las políticas de ajuste no resuelven, más bien agudizan el problema. Es urgente iniciar un proceso de simplificación y optimización del marco regulatorio en función de la respuesta esperada del mercado (análisis de impacto regulatorio).

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