Jugar con la economía

Es un error de consecuencias fatales confundir el consenso reflexivo que exige la economía, con las falsas prescripciones influidas por el deseo de hacer concesiones a cada parcialidad del pensamiento como si fuese posible tomar un poco de cada cosa y tener un buen resultado porque todos han sido complacidos, es la historia económica del extravío de un país. Es jugar con fuego, como lo hace el gobierno, el frenar y alimentar, espasmódicamente, la creación irresponsable de dinero y la asfixia regulatoria, como también juegan quienes critican todo sin fundamentos ni evidencias, esperando sin propuestas que alguna fuerza exterior nos resuelva la irresponsabilidad social de no ofrecer soluciones

Las señales de la recuperación del país y el diseño de una prospectiva para la acción política

En la percepción de la economía del país domina la idea de que existe una asociación causal entre el éxito económico y el modo de gobernanza democrático, en nuestra historia esa presunción se sostiene con una coherencia tal, que ante cualquier pregunta siempre se tiene un cuerpo de respuestas adecuadas, lógicas y con una orientación finalista. De esta manera se ha negado, hasta donde sea posible, que haya habido una recuperación económica y un alivio de los problemas sociales en las propias comunidades de vecinos. Estos eventos han ocurrido en una condición de precariedad de los servicios públicos, de asfixia regulatoria, de fallos de suministro eléctrico y de escasez de combustibles.