Desde el populismo hacia una gobernanza iliberal

Desde el 2019, hay evidentes signos de un cambio hacia un modelo político-económico iliberal de estabilización. Una gobernanza que se asienta sobre una “dolarización” imperfecta, una contención de la oferta monetaria (emisión de dinero y financiamiento bancario), una privatización parcial mediante la cesión del control económico de empresas expropiadas y una liberación del tiempo de trabajo de los funcionarios públicos para que realicen actividades que les permitan compensar su empobrecimiento atroz. Solo resta el paulatino ajuste de precios y tarifas de los servicios públicos. Es un estilo próximo de los modelos autoritarios de Turquía y Hungría.

Errores en el planteamiento político sobre la economía venezolana

Creemos que existen fundamentos para la esperanza objetiva desde la responsabilidad moral de cada familia y de cada organización en crear valor para si y para quienes le rodean desde la confianza.
La “dolarización” que hemos calificado como perversa porque permite una ubicua emisión irresponsable de dinero con una acentuación de la miseria, aumento de las desigualdades y una mayor exclusión también ha sido extendida y obligada para el gobierno porque no ha tenido manera de someter a la gente.
El mercado puede ser regulado para el bien común, pero no puede ser sofocado y más allá de todos los obstáculos siempre ofrecerá oportunidades para aquellos que comparten el éxito y que encuentran en que y en quien confiar.

La defensa de los valores democráticos frente a la manipulación en las redes sociales (segunda parte)

El proceso sostenimiento de la democracia hace necesario recuperar la credibilidad en la palabra y la confianza social; hay que sobreponerse a la propuesta populista-iliberal cuya fortaleza deriva del discurso mediático fundado en falacias y manipulaciones, que hoy en día conceptualizamos bajo los neologismos "posfactualidad"  y "posverdad".