La destrucción de la confianza y el autoritarismo

«Usted puede ser engañado si confía demasiado pero vivirá en el tormento sino confía lo suficiente»

Frank Crane

Resumen

Este artículo analiza la relación entre la confianza y la fragilidad institucional. Se argumenta que es un factor esencial para el funcionamiento de las instituciones, y que su ausencia conduce a la erosión de la democracia. Este texto profundiza en los elementos diversos que influyen en la confianza. Entre ellos, se incluyen las creencias, la iniciativa empresarial, los sistemas de pensamiento político y la democracia con sus defectos.

La confianza y la fragilidad institucional

Los países donde sus ciudadanos comparten mitos involutivos viven en un mundo que es más imaginario que real. Si el universo fuese lógico y sujeto al saber, los malos Gobiernos habría perdido su poder debido al rechazo que enfrentan. La ausencia de un relato alternativo en las fuerzas democráticas dificulta la capacidad de convencer a la gente de cooperar y superar el autoritarismo populista. Sin un mensaje claro, cada individuo, al actuar bajo sus impulsos, refuerza de manera inconsciente la fortaleza del adversario, perpetuando la falta de razón y fuerza para el cambio. Esta disonancia se evidencia en el lenguaje procaz y manipulador de quienes rechazan el régimen, pero adoptan comportamientos similares.

Un relato del populista, con una adhesión del 20 % de la población, permite que los gobiernos se mantengan en el poder, fusionando la individualidad con la minoría como si fueran uno solo. La paradoja radica en que, aunque cada individuo anhele las libertades, su actuación refleja el prototipo que caracteriza a las democracias imperfectas.

La confianza, entendida como una hipótesis sobre la conducta futura del otro, es una fuerza creadora de vida a nivel individual. Está de manera muy estrecha ligada a la paz interior y la felicidad. La seguridad en nuestros pensamientos y sentimientos permite conducirse con firmeza en el presente, dejando de lado las dudas. Actuar con generosidad y tener fe en que lo mejor está por venir, es el desafío del emprendedor en el alivio de las adversidades mundo.

Cornu (2021) afirma que la confianza[1] es una condición necesaria para el desarrollo individual y social. Según el autor, permite a las personas cooperar entre sí, asumir riesgos y emprender nuevas iniciativas

En el ámbito empresarial, en el cual los eventos son únicos e inéditos, la incertidumbre predomina. La mente del emprendedor formula probabilidades en un mundo donde todo influye. Decidir en este entorno es posible gracias a la confianza. La disposición del emprendedor a asumir riesgos tiene un impacto significativo, favoreciendo la inventiva, la innovación y el bienestar. Los países exitosos son aquellos donde la gente arriesga y emprende, contribuyendo al progreso técnico y a la prosperidad.

Los emprendedores deben confiar en sus habilidades y en la capacidad de sus socios en el logro de sus objetivos. La confianza también es importante en el establecimiento de buenas relaciones con los clientes, los proveedores y los inversores.

La apuesta del empresario no florece en un entorno de absoluta inseguridad, donde el esfuerzo creador carece de incentivos. La utopía comunista, en su pretensión de brindar seguridad a todos, ha terminado en la ruina económica y social, suprimiendo el espacio para el progreso e innovación. La exigencia de leyes históricas, impuestas por un poderoso sistema regulador, limita las libertades individuales en favor de una élite. Las naciones donde los ciudadanos confían en las instituciones son más propensos a la inversión, la innovación y el crecimiento económico.

Las naciones donde los ciudadanos confían en las instituciones son más propensas a la inversión, la innovación y el crecimiento económico. La apuesta del emprendedor no florece en un entorno de absoluta inseguridad, donde el esfuerzo creador carece de incentivos. La utopía comunista, en su pretensión de brindar seguridad a todos, ha terminado en la ruina económica y social, suprimiendo el espacio para el progreso e innovación. La exigencia de leyes históricas, impuestas por un poderoso sistema regulador, limita las libertades individuales en favor de una élite.

Democracia imperfecta

El concepto de debilidad institucional alude a la falta de capacidad de las entidades para desempeñar sus roles de forma eficaz. La ausencia de credibilidad en los entes públicos es un elemento esencial que puede agravar la debilidad institucional. Si los ciudadanos desconfían de las entidades, es menos probable que colaboren con ellas, pues las consideran deshonestas o ineficaces. Las sociedades con esas contingencias son más susceptibles a la corrupción, la indigencia, la inequidad y la agresión.

El Socialismo marxista, al adoptar la lucha de clases como estrategia, genera desconfianza en todos los ámbitos económicos. La ideología de control total concluye en la ruina de un país rico en recursos. Ante la incertidumbre, la mejor opción es la confianza, no los controles extremos que intentan estandarizar todo, generando una falsa sensación de seguridad.

En los países con democracia imperfecta, el progreso hacia la civilización se ha producido a través de ciclos entre depredación y equidad. Venezuela, a pesar de la riqueza petrolera, el país fue comprador de casi todo en lugar de crear valor social de manera eficiente. La política venezolana, distorsionada por el rechazo al Gobierno y por la carencia de un relato alternativo entre los factores democráticos, dificultan la salida de la crisis de la democracia. El escepticismo domina en los ciudadanos y es un obstáculo para la colaboración necesaria en la superación del autoritarismo. Se necesita un relato coherente y aglutinador que movilice a la mayoría hacia una sociedad inclusiva. La confianza es crucial, tanto en el ámbito individual como en la construcción de un proyecto político alternativo.

La crisis de la democracia no reside solo en el ejercicio del poder, guarda relación con el paradigma de la visión económica imperante y, sobre todo, de la cultura dominante entre los ciudadanos. En tanto, prevalezca la confrontación fundada en la violencia personal y la agresión verbal será un azar que logremos un mundo mejor.

Conclusiones

La confianza es una condición necesaria para el desarrollo individual y social. Permite a las personas cooperar entre sí, asumir riesgos y emprender nuevas iniciativas. En el ámbito empresarial, es esencial para la toma de decisiones en un entorno de incertidumbre.

La ausencia de confianza, por otro lado, conduce a la fragilidad institucional. Si los ciudadanos desconfían de las instituciones, es menos probable que cooperen con ellas, lo que puede llevar a la corrupción, la indigencia, la inequidad y la agresión.

En Venezuela, la desconfianza en las instituciones es generalizada. Esto se debe a una serie de factores, incluyendo la corrupción, la ineficacia gubernamental y la falta de participación ciudadana. La desconfianza ha contribuido a la erosión de la democracia, lo que ha llevado a una crisis política y económica.

La construcción de cuna gobernanza creíble es un proceso complejo que requiere un esfuerzo sostenido por parte de las instituciones públicas, los líderes políticos y sus ciudadanos. Esto exige un relato alternativo que movilice a la mayoría hacia una sociedad inclusiva. La confianza es crucial, tanto en el ámbito individual como en la construcción de un proyecto político alternativo.

Notas

[1] “… la democracia consiste en «hacer confianza» que tiene un sentido que «tener confianza no da» a los ciudadanos para que puedan ser jueces y actores de las decisiones que les conciernen. Y agrega que una educación que apunta a hacer ciudadanos debe estar particularmente atenta a la importancia de esta cuestión de la confianza.”

Referencias bibliográficas

Cornu, L. (2021). La confianza en las relaciones pedagógicas. Recuperado el 18 de agosto de 2021, de Internet Archive.

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