En este país llamado Venezuela donde reina la improvisación, la retórica, donde se formula y se evalúa proyectos toda vez que ya se ha tomado la decisión de ejecutarlos, se está acercando el momento en el cual las decisiones, que involucran recursos, serán evaluadas para asegurarse de que puedan crear valor y no dilapidarlo. Al margen de las consideraciones morales o éticas, toda acción tiene su costo: el sacrificio de otra opción, la que se supone la próxima mejor, pues: “no se puede estar en la misa y en la procesión a la vez”. El que tiene su patrimonio, su fondo de retiro, su pequeña empresa creemos debe también realizar un pequeño esfuerzo para conocer cuánto se debe esperar del buen uso de ese patrimonio, de ese fondo. Aquí pretendemos iniciar la reflexión para tratar de llegar, con nuestro esfuerzo, a una compresión fácil de un tema complejo. Este documento sólo tiene propósitos didácticos, de reflexión, de ayuda, no debe utilizarse con otros fines. En él falta describir la metodología aplicada y su validación, como el crédito y reconocimiento a otros autores tomados como referencia en este trabajo. Al final, un valor alrededor de 17,11 %, es el mínimo que debe exigir después del pago de impuestos, en retorno sobre la inversión, considerando en el flujo de efectivo neto las incidencias cambiarias e inflacionarias, que usted anticipe. La inflación es una variable que afecta de manera diferente cada proyecto o negocio, por ello es mejor formular escenarios sobre flujo de ingresos y el de egresos, considerando diferentes estados de la inflación. Adicionalmente, recordemos que los ingresos y los costos, usualmente no son afectados de igual manera por las alzas de precios.