Desde abril de 2020 el paulatino control de la emisión irresponsable de dinero y la relajación de los controles de precios dieron lugar a una pausada, pero continua recuperación de la producción agrícola y de la manufactura. Los bienes susceptibles de comercio internacional se fueron alineando con los de los países de la subregión andina.
Al mismo tiempo, muchas empresas confiscadas o apropiadas por el estado se restituyeron a sus dueños o se transfirieron bajo forma de comodato a emprendedores con experiencia, todo parecía que el modelo de política económica estaba replicando las buenas prácticas de países exitosos con gobernanza populista-iliberal (Turquía, Hungría, Bolivia, …) o autoritaria (China, Vietnam, …) y tomando distancia de otros de naturaleza predadora populista y autoritaria (Rusia, Cuba, Corea del Norte, Nicaragua …).
Pero la asfixia regulatoria se ha renovado y ampliado tanto en el gobierno central como en las alcaldías con una panoplia de medidas fiscales que impactan de forma negativa sobre las empresas y emprendimientos que han mostrado los signos de una recuperación económica del país.