La economía de la felicidad: entre la indolencia y el sufrimiento

Entre la indolencia y el autocastigo

En Venezuela, hay en las redes todo tipo de mensajes que son reflejos de un estado límite de descomposición económica y social, característicos de una cultura asentada en el resentimiento, de un asistencialismo social improductivo y del agotamiento de la renta petrolera como sostén, en un contexto mundial de crisis de la democracia liberal.

Hay personas a quienes aparentemente no les importa lo que acontece y otros que asumen todo como su responsabilidad, cerrando voluntariamente cualquier estado interior de paz, alegría, ante los cuales se imponen reglas de mayor sufrimiento. Esos estados van más allá de lo personal porque se desbordan en expresiones agresivas hacia quienes no se comportan de manera indolente o culposa. Guardar la compostura, subsidiaridad y sensatez, necesita fortaleza interior, moral y espiritual, esa condición pasa por la aceptación de la realidad como algo pasajero.

La felicidad trasciende a la búsqueda de estados emocionales fundados en sensaciones agradables, pues la vida es una secuencia de ellas y de las que no lo son. Entre el anhelo de las placenteras y los hechos hay una brecha, esas sensaciones pueden ser agradables o no, la cuestión es vivirlas, pues lo fundamental es conocer la verdad acerca de sí mismo, la verdadera felicidad es independiente de las pulsiones internas y de la propia condición material, sino pregúntenle a un niño con parálisis cerebral que sonríe ante la contemplación de la naturaleza estando prisionero en propio cuerpo.

La economía de la felicidad

El ser humano visto desde la economía es una aproximación tosca de su realidad. Se le ha imaginado como artífice de su propio destino a partir de las herramientas que fabrica, esa capacidad ha sido insuficiente para su realización, poseer no le hace “feliz”, en su historia tiene muchas cuentas que saldar consigo mismo y con la propia naturaleza. Se le ha asumido como ser racional, informado que sabe procesar información para sacar la máxima satisfacción de pocas cosas, de la escasez con usos alternativos, resulta que esa racionalidad es limitada, que no posee toda la información pertinente, que incurre en fallos y está influida por contexto del poder. La arrogancia se crece al creerle sabio, con una narrativa social compartida, libre del sometimiento y de la alienación. Nuestro relato es precisamente lo contrario, no hemos sido sabios al elegir.

Quizás sea posible ser feliz, sin ser libres de las sensaciones, las deseadas y detestadas, que la brisa sopla a veces como queremos y otras no, afanarse solo las que nos agradan da origen al sufrimiento pues la brisa no guarda intencionalidad, vivimos mejor de su contemplación cuando va y cuando viene. Como lo han planteado Viktor Emil Frankl , y recientemente, Yuval Noach Harari: “Una vida con sentido puede ser extremadamente satisfactoria incluso en medio de penalidades, mientras que una vida sin sentido es una experiencia desagradable y terrible, con independencia de lo confortable que sea”.

La economía se ha hecho menos arrogante para centrar su atención en las reglas del juego de la vida en armonía con el medio ambiente con unos valores fundados en la compasión, la confianza social y la honestidad. Es una economía subsidiaria del estudio de las ilusiones personales y los mitos colectivos dominantes, es la contribución con el esclarecimiento del “en qué queremos convertirnos”, y también, “en el qué queremos desear”.

Un país de armonía entre las ilusiones personales y un nuevo relato compartido

Vivimos los males del mundo y los nuestros, entre ellos se destacan, la escasez de alimentos y medicinas; crisis de democracia; precariedad habitacional y de servicios públicos; educación y valores cívicos en involución; vacío existencial; injusticia y pérdida de confianza.

En Venezuela, estamos inmersos en una condición de precariedad voluntaria con una gobernanza que daña todo hasta la viabilidad de sus propias creaciones como ha sido el lanzamiento de un “criptoactivo” llamado “petro”, su particular visión de liberación económica sin fundamentos de política comercial y la intensificación arbitraria de la presión tributaria sobre los restos de lo que queda productivo en el país. Lo peor la masa crítica de la movilización política refuerza esos males transformándolos en una fuente de anti fragilidad para el gobierno

Es necesaria una narrativa suficientemente retadora y motivadora, el nuevo relato compartido exige una economía diferente que nos conduzca desde la superación de las contingencias materiales al bienestar, hacia un desarrollo en armonía con el medio ambiente, con unos valores como lo son la justicia, la solidaridad, la compasión, la confianza social y la honestidad.

Necesitamos un país que permita respuestas al qué queremos desear, más allá del en qué nos deseamos convertir. Tiene que haber una correspondencia entre las ilusiones personales y el mito compartido de país, es la clave del sentido existencial o de vida.

Más sobre una propuesta alternativa al populismo del Socialismo del Siglo XXI en:

“De la dilapidación a la innovación frugal”

https://goo.gl/EhZm8h

“De la resiliencia a la anti fragilidad”

https://goo.gl/gRU0ms


Bibliografía básica sobre la economía de la felicidad

Does Economic Growth Improve the Human Lot? Some Empirical Evidence

Economía y felicidad: Acerca de la relación entre bienestar material y bienestar subjetivo

Feeding the illusion of growth and happiness: A reply to hagerty and veenhoven

Homo Ludens

Viktor Frankl: El hombre en busca de sentido

Wealth and happiness revisited

 

Publicado por Prospectiva y Previsión

A lo largo del quehacer de una persona se acumulan experiencias, que más allá del sentido y la visión que se tengan, son influidas por el contexto, hay un orden dentro del desorden y un desorden dentro del orden. Hay un guión que orienta y direcciona lo que cada quien espera en su horizonte temporal y existe un dispositivo de respuesta rápida que depende del contexto. Es así que se ha tratado de superponer dos ámbitos uno el ya presentado: el guión, y otro, con enlaces a veces estructurados y con secuencias lógicas, otras veces no. Con una aproximación de complejidad que persigue emular la sinapsis profesional de flexibilidad para la evaluación transversal de los temas sociales, económicos, organizacionales, políticos y filosóficos.

Deja un comentarioCancelar respuesta

Descubre más desde Prospectiva y Previsión

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Salir de la versión móvil