De la trágica espera de unas supuestas condiciones objetivas electorales a una incompleta suficiencia o “second best” de los pequeños avances hacia el bien común del país

Dos acotaciones previas sobre algunos términos utilizados:

Incompleta suficiencia: término acuñado por el Prof César Peña V: ocurre cuando la formulación de modelos de comprensión y acción es incompleta por los requerimientos de tiempo disponible y energía para hacerlo.

Second-best (teorema fue introducido formalmente por Richard Lipsey y Kelvin Lancaster en su «The General Theory of the Second Best» en 1956): si una de las condiciones necesarias para lograr un propósito es inalcanzable, las otras, a pesar de ser teóricamente posibles, dejan de ser deseables.

Plantearse el discurso económico sobre la crisis de Venezuela es complejo y difícil, primero, la propuesta del socialismo del siglo XXI se muestra con una aparente retórica ideológica, política inspirada en el marxismo cuya realidad responde más bien a una gobernanza populista-iliberal autoritaria asentada en la extracción de rentas mediante la emisión irresponsable de dinero y la asfixia regulatoria, es una gobernanza cuyo mecanismo anti frágil de perpetuación ha sido hacer pensar al común de la gente que la inflación, escasez, colas y todos los males sociales son responsabilidad de los adversarios, de complots internacionales, hasta de infortunios naturales cuando por el contrario son las consecuencias de la mala conducción de la política económica y de las regulaciones extremas, segundo, predomina en la comunidad de los expertos un enfoque macroeconómico coyuntural fundado en ajustes sin una clara definición de relato de país, como propuesta alternativa, con sentido de propósito, para enfrentar la pobreza liberando a la mayoría excluida de su sometimiento y la extorsión mediante dadivas para la compra de conciencias, y tercero, prevalece entre los factores democráticos una cultura populista-iliberal fundada en la idea de la imposibilidad de tomar cualquier iniciativa de mejora política, económica y social del país hasta que no estén dadas unas condiciones objetivas en materia electoral y en la desconfianza hacia todos y entre todos que poco los diferencia del liderazgo en gobierno en su intolerancia hacia quienes piensan diferente.

Durante estos últimos 21 años en nuestro país ha proliferado todo tipo de regulaciones tendientes al control de las variables resultado, mediante regulaciones de precios, del tipo de cambio, del mercado laboral y del mercado de pagos internacionales. Pero, cualquier intento fijación de las variables resultado, al no tratar las causas de fondo empeora los orígenes de los desajustes económicos. En el caso de Venezuela todo lo contrario de lo esperado por las excesivas e incoherentes regulaciones, los precios no cesan de aumentar, los mercados negros proliferan, se paraliza la producción y se agotan las reservas internacionales con un agudo desabastecimiento. La propagación abrumadora de todo tipo de regulaciones, reglamentos, providencias, decretos es en este momento asfixiante, cualquier ajuste que pretenda ser exitoso necesita de manera simultánea reformas económicas e institucionales. Dejar las cosas como están, como parece ser la intención del Gobierno, a la larga de manera directa o velada las variables resultado se ajustarán al alza, aumentará la presión tributaria, con un déficit fiscal que se mantiene o aumenta. En nuestro criterio un ajuste macroeconómico que cumpliera su cometido de estabilización de precios, de transparencia cambiaria mediante una dolarización imperfecta con depreciaciones o devaluaciones sucesivas, de equilibrio fiscal y cesación de la emisión irresponsable de dinero es poco probable que resuelva los problemas más allá del muy corto plazo. No puede haber demora en el acometimiento de un proceso de simplificación y optimización del marco regulatorio en función de la respuesta esperada del mercado (análisis de impacto regulatorio) porque la inacción a la larga nos conducirá a la superación de la crisis luego de un largo transito doloroso y sufrido.

Publicado por Prospectiva y Previsión

A lo largo del quehacer de una persona se acumulan experiencias, que más allá del sentido y la visión que se tengan, son influidas por el contexto, hay un orden dentro del desorden y un desorden dentro del orden. Hay un guión que orienta y direcciona lo que cada quien espera en su horizonte temporal y existe un dispositivo de respuesta rápida que depende del contexto. Es así que se ha tratado de superponer dos ámbitos uno el ya presentado: el guión, y otro, con enlaces a veces estructurados y con secuencias lógicas, otras veces no. Con una aproximación de complejidad que persigue emular la sinapsis profesional de flexibilidad para la evaluación transversal de los temas sociales, económicos, organizacionales, políticos y filosóficos.

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