Los signos para el mundo son esperanzadores, primero, se espera que sea un buen año para las potencia económicas y un poco menos para los países emergentes, segundo, que esa recuperación mundial será discordante para ambos grupos, la brecha entre la floreciente economía de EEUU y el estancamiento secular de Europa y Japón se amplía, e igualmente la que existe entre los países emergentes asiáticos y el resto. En todo este concierto de eventos solo tres países en el mundo tiene un panorama difícil y complejo: Argelia, Irán, Rusia y Venezuela, tercero, el mundo viene de un mejoramiento de la alimentación, la educación, las libertades y la salud sin precedentes, en términos relativos Venezuela muestra una situación de estancamiento y deterioro, cuarto, Venezuela no es una isla aparte del mundo, sus problemas no proceden de la escasez sino del anacronismo de sus políticas económicas, todavía le restan unos 10 años de talento humano, en consecuencia, el futuro de los venezolanos está en sus manos, será su decisión.