La emisión irresponsable de dinero en cuatro tiempos: 1999-febrero 2013, marzo 2013-2019, 2020-2021, 2022-2023

Aun cuando el autoritarismo ocupe de manera definitiva las instituciones democráticas y anule los contrapesos de poder, su ejercicio de gobierno puede lograr estabilidad y crecimiento económico mediante una política económica libre de emisión responsable de dinero y sin asfixia regulatoria, así lo validan los casos de Hungría y Turquía, pero también puede evolucionar de forma totalitaria y mantener el desorden económico y social como ocurre en Rusia, Nicaragua y en otros países. En esta encrucijada se encuentra Venezuela entre la eliminación definitiva de los mecanismos auto reguladores del mercado y el desorden económico y la superación de esos males. La historia muestra ejemplos de logros económicos sin precedencia democrática como en Chile de Pinochet, Bolivia, China y Vietnam. El autoritarismo es un mal político y peor con mala práctica económica por las penurias que pesan sobre los más vulnerables y por el aliciente a la emigración forzada de mucha gente en búsqueda de oportunidades que no tienen en su país.

Precisiones metodológicas previas

Asumimos de manera explícita que el propósito de la economía es el bien común y no la suscripción de escuelas de pensamiento como si fuera un partido político, una religión o ideología. En nuestro país es tendencia mayoritaria arrogarse nuestra disciplina como ideología o dogma. No aspiramos develar la superioridad de la ciencia económica a partir de esos criterios, pues dependiendo del contexto, las creaciones derivadas de los clásicos, neoclásicos, marxistas, keynesianos o como se quiera encuadrar el pensamiento pueden complementarse, explicar y dar respuestas a problemas sociales, del individuo o de las organizaciones. La caja de herramientas del economista es extensiva, las teorías se formulan para la explicación y atención de problemas sujetos a criterios de demarcación, experimentación o deliberación acordada, susceptibles de refutación. Esta introducción al tema se hace con el ánimo de evitar cualquier connotación ideológica o política en este documento.

Hemos sostenido que ese extravío de la esperanza es producto de dos factores, el primero, de la asfixia regulatoria que promueve la extracción de rentas desde quienes agregan valor produciendo hacia quienes poseen poder discrecional e información privilegiada para incidir a voluntad sobre los actos fundamentales de la vida civil o económica, esta condición define un reparto de valor entre gobernantes y aliados de ocasión en detrimento de la mayoría. Un segundo factor, en países con fragilidad institucional, tiene su origen en la intencionalidad de quienes aspiran perpetuarse en poder mediante la destrucción de la confianza en las instituciones públicas, privadas y hacia todos los demás que piensen diferente. El logro de este propósito alcanza su plenitud con la quiebra moral y la postración social de la gente. Bajo el autoritarismo no hay lugar para la ciencia ya que la ciencia es incompatible con la tergiversación deliberada de la realidad, la relativización de la verdad y generación consciente o voluntaria de incertidumbre mediante la manipulación de las emociones.

La emisión irresponsable de dinero: 1999 – marzo 2013

En este período los registros de la emisión de dinero, del riesgo soberano, de las reservas internacionales netas y de la inflación nos llevan a concluir que la emisión de dinero se hace irresponsable cuando se acompaña con la pérdida de confianza en las condiciones económicas del país. Hay una relación palpable entre la emisión de dinero y la inflación entre 1999 y febrero 2013, fue un intervalo de abundante flujo de divisas, por lo cual no se puede afirmar la existencia de una emisión “inorgánica”, pero sí de su aplicación irresponsable porque alimentó la demanda agregada y desestimuló la producción, eso dio lugar a un estado permanente de inflación galopante. Con el paso del tiempo, paulatinamente se recurrió al endeudamiento externo y luego a la emisión irresponsable e “inorgánica, es la transición desde una inflación galopante a una hiperinflación.

El inductor de la inflación (crecimiento mensual 3,5 %) se expresa por la vía de la emisión de dinero (crecimiento mensual 3,0 %). Si se hace seguimiento a las diversas fuentes de información sobre el mercado “cambiario”, se puede concluir que en ese período de abundante flujo de divisas el mecanismo de transmisión guarda más relación con la asfixia regulatoria y la salida de capitales.

La desconfianza inducida por la mala política económica, con la intención de controlar políticamente la economía nos ofrece la certeza de la interacción entre la emisión irresponsable de dinero y el comportamiento del tipo de cambio. En este período la emisión es irresponsable y orgánica porque la entrada de divisas es abundante, el gasto público alimenta el consumo y no la inversión, y ambas, alientan la fuga de capitales.

En ese mundo de desconfianza y extracción de rentas, mientras hubo prosperidad petrolera (1999-2012), el uso de esos recursos se monetizó en mal gasto público y en una gran proporción se fugó del país. La emisión de dinero fue “orgánica” porque tenía respaldo parcial en la renta petrolera, pero fue irresponsable porque se conocía que en un contexto de asfixia regulatoria quien poseyera divisas se las llevaría del país.

La emisión inorgánica e irresponsable de dinero: 2013-2019

Cuando las fuentes reales de poder adquisitivo externo se agotaron la emisión además de irresponsable se hizo “inorgánica” pues está desprovista de cualquier respaldo (2013-2019). Son los tiempos en los cuales simultáneamente conviven de modo intermitente la hiperinflación y la depresión económica más largas en la historia de demolición de una nación.

Reducción del desorden e ilusión de sensatez: 20202021

Desde el año 2020 hay un cambio en el mecanismo de transmisión monetaria de la inflación, se hace más evidente la relación entre el tipo de cambio (Bs/$USD), la emisión irresponsable de dinero, la insuficiencia estructural de reservas internacionales y la inflación. La desconfianza inducida por asfixia regulatoria refuerza la certeza de la relación entre la emisión de dinero y el comportamiento del tipo de cambio. Si se allegara a una dolarización plena comenzando con la liberación bancaria para la intermediación financiera en divisas esa presión alcista espasmódica podría ceder sin provocar una condición depresiva de la economía. En la medida que la emisión de dinero se desacelera el mecanismo de transmisión se recrea con la insuficiencia de reservas internacionales, y de ambas, hacia el tipo de cambio y la inflación.

El regreso del desorden: octubre 2021-2022

Luego de la reconversión monetaria de octubre de 2021 el gobierno abandonó la estrategia de reducción de la emisión irresponsable de dinero y de flexibilización del proceso de dolarización. De igual modo, se modificaron los aranceles de los servicios en notarias y registros, aumentó la voracidad fiscal de las alcaldías y se creó el impuesto a las grandes transacciones financieras. Sin intermediación bancaria, las finanzas de las empresas se encuentran comprometidas pues el período de cobro se alarga a 45 días y más, secando el capital de trabajo necesario para el pago de los gastos operacionales. Las empresas están sobreviviendo con base en los recursos propios y sin intermediación financiera, con márgenes mínimos para reducir pérdidas por absorción de costos y gastos fijos.

La complejidad es mayor porque la capacidad productiva fácilmente puede disminuir, pero difícilmente aumentar en corto plazo, en cambio la demanda puede fácilmente aumentar y difícilmente disminuir. Para aumentar la capacidad productiva hay que invertir y luego esperar un tiempo de maduración para tener un impacto productivo, sin contar que en nuestro país el marco regulatorio hace que tenga que transcurrir varios años para cumplir con todas las de la ley para acometer un proyecto, fácilmente pasan cuatro años y medio para obtener una respuesta favorable. Para disminuir la capacidad basta con cerrar fábricas, en un instante se deja de producir. Para aumentar la demanda, sólo se requiere un anuncio presidencial, dar instrucciones y aumentar el gasto público, pero reducir la demanda es bien difícil, ejemplo de ello son los ajustes salariales, el Gobierno los impulsa y la oposición manifiesta que son insuficientes, todo confluye en un contexto donde difícilmente el gasto puede disminuir.

En desorden con gran volatilidad: 2023

Durante el primer trimestre de 2023 se observa una intermitencia de la emisión irresponsable de dinero con una gran volatilidad entre cada semana. Es una condición en la cual se quiere al mismo tiempo estabilizar los precios y el mercado de divisas y mantener el financiamiento del gasto público orientado a balancear el descontento popular mediante bonificaciones y ajustes no permanentes de las remuneraciones en el sector público.

De este modo una semana se contiene la creación de dinero y en la siguiente se hace lo contrario emitiendo dinero, es una estrategia cuyos efectos pueden resultar políticamente al disipar la responsabilidad de los males de la inflación en muy corto plazo, pero amplificando sus efectos en lapsos que no superan los 30 días.

Los tiempos de ajuste y respuesta entre el funcionamiento de los procesos de producción de los bienes y servicios es más largo y complejo que los correspondientes al ámbito financiero que son inmediatos. La decisión de adquirir divisas o no y la de adelantar o no transacciones financieras es instantánea, pero la de ajustar el ritmo de los procesos productivos depende de la naturaleza de la manufactura, verbi gratia, tres meses en el levante de aves, 120 semanas para el ciclo de postura, seis meses para la agricultura, más de un año la planificación en el caso de la manufactura con componentes importados.

Entre la incertidumbre recreada voluntariamente y la domesticación del azar

La práctica de la política económica sin contenido ni propósito, de frenar la oferta e insuflar la demanda de manera intermitente, la inconsistencia y voluntad para frenar la emisión irresponsable de dinero, el mal gasto público y la asfixia regulatoria son factores que dejan a los emprendedores, a las empresas y a las familias desprovistos de los medios más elementales para tomar decisiones acertadas.

La cultura de la gobernanza económica ha dejado al país con un entorno de contradicciones en el cual la mejor opción, ante cualquier decisión, lleva en sí la sensación inevitable de un mal resultado. Es como estar obligado a elegir entre opciones en las cuales ninguna es buena sin posibilidades para discernir cual la menos mala. Esto es lo que hemos definido como incertidumbre recreada voluntariamente.

El manejo de la emisión irresponsable de dinero por parte del BCV no muestra consistencia en el tiempo, por lo que las correcciones, en la emisión, aun siendo justificadas dan lugar a perturbaciones en la producción de bienes y servicios por insuficiencia de capital de trabajo para mantener las operaciones corrientes de las empresas. El tiempo de ajuste de los procesos de producción exige una planificación superior a tres meses y los cambios en el ámbito monetario-financiero se dan en lapsos de una a cuatro semanas.  Es necesario profundizar la institucionalización de la “dolarización”, eliminar tributos que encarecen la intermediación bancaria, reducir los costos de transacción en notarias y registros y ponerle fin a la voracidad fiscal tanto en el gobierno central como en las alcaldías.

El ruido generado por la política económica puede atenuarse sujetando las regulaciones de forma dinámica, considerando las posibles respuestas equivocadas o interesadas por parte de quienes toman decisiones. Hay que diseñar una política económica libre de incentivos no fundados en la eficiencia que evite el aprovechamiento especulativo derivado de la propia regulación. Esta es una propuesta fundamentada en el análisis microeconómico de impacto regulatorio para la domesticación del azar inducido por la mala praxis de la economía.

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Publicado por Prospectiva y Previsión

A lo largo del quehacer de una persona se acumulan experiencias, que más allá del sentido y la visión que se tengan, son influidas por el contexto, hay un orden dentro del desorden y un desorden dentro del orden. Hay un guión que orienta y direcciona lo que cada quien espera en su horizonte temporal y existe un dispositivo de respuesta rápida que depende del contexto. Es así que se ha tratado de superponer dos ámbitos uno el ya presentado: el guión, y otro, con enlaces a veces estructurados y con secuencias lógicas, otras veces no. Con una aproximación de complejidad que persigue emular la sinapsis profesional de flexibilidad para la evaluación transversal de los temas sociales, económicos, organizacionales, políticos y filosóficos.

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