En economía hay que tener presente que el analista debe presentar argumentos teóricos consistentes y evidencia sobre lo que afirma. En cuanto a pronósticos, no existe hasta el presente, manera alguna de conocer el futuro, más aún, cuando tratamos con gente cuyo libre albedrío le permite actuar de manera estratégica. Es posible el uso de herramientas estadísticas para interpretar eventos pasados y para formular escenarios sobre posibles trayectorias sobre el futuro, cuyo propósito es el de mejorar el análisis en el presente, de las opciones que se tienen, pero en modo alguno como instrumentos predictivos de uso profético.
El mundo es muy complejo y no lineal como para someterlo a ejercicios cuantitativos con el propósito de adivinar lo que viene. Lo que si permiten las técnicas cuantitativas es desarmar las falacias del presente en la interpretación del pasado. También los analistas de entorno enfrentan la complicación de que si sus opiniones, son tomadas por la gente como creíbles, actuaran de manera tal que las hipótesis del comentarista podrán dar lugar a profecías auto cumplidas. Si los cuerpos celestes poseyeran libre albedrío sería bien difícil que los físicos pudieran enunciar leyes científicas.
Venezuela en si misma
La presente coyuntura económica de Venezuela esta signada por un estallido inflacionario con una severa contracción económica, en artículos escritos anteriormente hemos presentado tanto los argumentos como las evidencias de un proceso “hipesestanflacionario”, estos documentos pueden ser revisados en el siguiente enlace: http://prosprev.com/hiperinflacion-o-hiperestanflacion/ .
Igualmente en esa serie de artículos hemos identificado el qué hacer frente a esas circunstancias, en el corto y en el largo plazo. Recientemente, en el II Encuentro de Firmas de Contadores Públicos, efectuado el 04/09/2015, ofrecimos una conferencia, cuya presentación puede analizada descargándola desde el siguiente enlace: http://prosprev.com/zona-de-descarga-bibliografica/ .
El futuro próximo, tiene como aspectos críticos, la incertidumbre, un entorno dinámico y un contexto pleno de fragilidad, tanto para el mundo como para Venezuela. En el caso venezolano, el momento es crítico y paradójico, ya que su política económica está a espaldas de cualquier escuela de pensamiento económico y peor aun en retraso frente a los avances recientes en materia de prácticas de gobierno.
La reconstrucción del país admite variadas alternativas para asegurar los equilibrios macro-económicos monetarios, fiscales y de ajuste de pagos internacionales, pero estas alternativas solo son efectivas en países con fortaleza institucional. Hay fortaleza institucional, cuando hay una alineación entre los intereses de los gobernantes y los expresados en las leyes y la constitución, hay fortaleza institucional cuando no existen incentivos perversos que alejan el ejercicio del poder de sus propósitos. Para asegurar una adecuada homeostasis del sistema socio-económico del país es necesario: primero, formular políticas económicas previo análisis de impacto sobre el mercado y segundo, la independencia y autonomía de los poderes públicos, de modo que existan contrapesos que eviten arbitrariedades políticas y garanticen el cumplimiento de las leyes. Venezuela tiene en los próximos meses una oportunidad para asegurar las condiciones necesarias para la reconstrucción del país, el proceso electoral legislativo puede ser el inicio de un fortalecimiento institucional del país.
Venezuela en el mundo
El mundo avanza a nivel supranacional hacia la homologación del marco jurídico que regula las relaciones entre las naciones, desde los derechos humanos, el medio ambiente, las comunicaciones, hasta donde llega la imaginación. Estos eventos suponen nuevas responsabilidades, al interior y hacia fuera, para las personas, las organizaciones y los gobiernos de los diversos países del mundo. De allí que las regulaciones tienen que ser neutrales y asegurar que no den lugar a incentivos que desnaturalicen la finalidad de la norma. Es el ejercicio de análisis de impacto regulatorio a través del mercado y no bajo el supuesto de que el mercado puede ser controlado sin efectos secundarios.
En un mundo cada vez mas interdependiente y en un país que se ha hecho cada vez mas frágil, lo que acontece con las regiones de alto impacto mundial es crucial para Venezuela. Durante tres decenios el crecimiento económico de mas de dos dígitos en China, sus proveedores de materias primas disfrutaron de los mejores precios y de una demanda creciente, entre ellos nuestro país. Ahora Venezuela debe enfrentar una situación crítica que muy probablemente se agudice durante el 2016, la caída de la demanda de petróleo y la explotación menos costosa de los hidrocarburos, como sucesos de larga duración y no como algo efímero o coyuntural, colocan a nuestro país en una situación de fragilidad extrema.
China ante el envejecimiento de su población, los efectos ambientales nocivos y la aspiración de una mejor vida por parte de su gente, ha preferido iniciar el juego de liberar el mercado de los pagos internacionales y volver su atención hacia adentro, es una marcha hacia el restablecimiento de mecanismos auto-reguladores del mercado. No existen señales que hagan pensar que China tenga un crecimiento como el mostrado en el pasado. Otros países asiáticos tienen una conformación socio-política de dumping social laboral (trabajadores remunerados con salarios de miseria) que ya no puede mantener China, todo obliga a un cambio cualitativo y cuantitativo en China que anticipa dificultades para nuestro país (para mas detalles leer: «La desaceleración económica de China y el impacto regulatorio«).
Estados Unidos, ha sido el país con mayores logros durante el 2015, todo hace pensar que estos buenos tiempos se sostengan durante el 2016. Estados Unidos es un país que se encuentra en un contexto de menor fragilidad ante la complejidad, incertidumbre y los profundos cambios tecnológicos del mundo. El éxito en el futuro próximo guarda relación con la capacidad de aprovechamiento y flexibilidad de la sociedad ante la incertidumbre y el desorden, no es el momento de una ingeniería social fundada en controles, a mayores regulaciones mas grande es la fragilidad para un país. Venezuela sigue el camino contrario y no adecúa su economía para disfrutar de la posición de bienestar de EEUU.
La Comunidad Europea, es un grupo cuyo tamaño en caso de una federación real tendría un peso superior al resto de todas las regiones económicas del mundo, sigue enfrentando los problemas de estancamiento secular y la inmigración masiva desde el Cercano Oriente, Asia y África. Pareciera que les será mas fácil resolver los problemas económicos que los derivados de la inestabilidad política de sus vecinos. Ese entorno, en lo geopolítico es más difícil para Venezuela y prácticamente neutral en lo económico. Durante 16 años Venezuela solo apostó a una relación con el resto del mundo bajo una perspectiva exclusivamente ideológica y se colocó en una dependencia económica de China, ninguno de sus socios políticos está en condiciones de proporcionar a Venezuela un mercado realmente atractivo y una relación comercial equitativa.
Antifragilidad [1] e innovación frugal [2]
El que podamos retrospectivamente explicar, con una alta verosimilitud, los fenómenos económicos en modo alguno significa que los aspectos críticos de un futuro cercano puedan ser anticipados con similar condición. El problema de las regulaciones, cuyo propósito es controlar de manera arbitraria variables económicas, es que llenan de fragilidad el desempeño económico del país y esconden riesgos inmanentes cada vez mayores. Venezuela a lo largo de sus últimos 20 años ha tenido gobiernos cuya ocupación esencial ha sido la de controlar precios y costos con unos resultados vergonzosos. Solo ha sido posible sostener ese modelo asistencialista por la existencia de una bonanza económica sustentada en la renta petrolera.
El gobierno venezolano no cesa en el establecimiento de controles, con dos efectos importantes, suma costos por la administración de las normas y debilita su efectividad por complejidad del sistema, lo cual hace al país mas vulnerable, sin resolver ningún problema. Pero, el daño mas grande es que las empresas y la gente orientan sus recursos a actividades que no agregan valor, a la búsqueda de rentas, al cómo colocarse en el primer lugar, entre quienes están en la lista de espera, ante una entidad gubernamental. Con un gobierno interventor no hay tiempo para ocuparse de la innovación, de tomar riesgos, de agregar valor para los clientes, no hay en modo alguno incentivos para sacar provecho de la incertidumbre. Es el camino del monopolio estatal del poder que conduce al monopolio estatal de la irresponsabilidad fiscal y el populismo.
Lo que vendrá estará signado por la frugalidad y la austeridad creativa, es decir en el cómo igualar o superar las cualidades de los bienes y servicios bajo la abundancia, con recursos limitados o escasos. Los viejos tiempos de la abundancia han cerrado su ciclo, no es posible ante una falla mecánica remplazar, sin antes evaluar opciones, no hay espacio para la ineficiencia. De una cultura fundada en el deseo, es necesario pasar ahora a una cultura fundada en la necesidad que agrega mas valor, que minimiza los impactos negativos y que utiliza menos recursos. Esto viene aconteciendo en el mundo y está tocando nuestras puertas.
Nuestro contexto no admite innovaciones costosas fundadas en excesos, tampoco complejas, de lenta respuesta al mercado y mucho menos excluyentes. Hay que formular políticas a partir del análisis de la respuesta del mercado, asumiendo como dato su inestabilidad, volatilidad e incertidumbre, es desplegar la confianza, la creatividad y el emprendimiento de la gente para superar mediante la innovación esas contingencias. En Venezuela no hay lugar para pasarse la vida ejecutando proyectos que nunca finalizan como por ejemplo el «Proyecto Yacambú» iniciado a mediados de los setenta, inconcluso al día de hoy y lineas de ferrocarril que transitan la misma ruta, obras públicas cuyo mantenimiento futuro sobrepasa la capacidad de sustentación.
Palabra final
Los aspectos prospectivos críticos para los años que vienen en Venezuela giran alrededor de:
- La antifragilidad
- La innovación frugal
- La política económica sujeta a impacto regulatorio
- Poderes públicos autónomos e independientes
- La creación de mecanismos auto reguladores anti-ciclícos de la economía
En definitiva enfrentamos mas bien un problema institucional que desajustes macro económicos consecuencias de la misma debilidad institucional. El logro de una fortaleza institucional es condición necesaria para garantizar mecanismos auto reguladores (homeostasis) a nivel macro-económico, donde el presupuesto sea deficitario bajo escenarios recesivos y de desocupación y sea superavitario bajo condiciones de inflación, donde el Banco Central actúe firmemente para mantener la estabilidad monetaria y cambiaria. Es decir una política anti-cíclica, con disciplina fiscal, ausencia de emisión inorgánica de dinero y con un mecanismo de ajuste de pagos internacionales con cambio único flexible.
[1] Antifragilidad es una categoría desarrollada por el profesor Nassim Taleb, en su libro, Antifragilidad: las cosas que se benefician del desorden. Hace referencia a los sistemas que aumentan en capacidad, resistencia o robustez como consecuencia de errores, defectos, ataques, o fracasos. Como Taleb explica en su libro, la antifragilidad es fundamentalmente diferente de los conceptos de resiliencia (es decir, la capacidad de recuperarse de errores) y la robustez (esto es, la capacidad de resistir el fracaso). El concepto se ha aplicado en el análisis de riesgos. Hay cosas que crecen especialmente cuando se exponen al azar, al riesgo y a la volatilidad (como los emprendedores) y en una sociedad donde creemos que al eliminar el riesgo, también eliminamos esa capacidad de respuesta que es en realidad el núcleo de progreso de cualquier época. Nassim Nicholas Taleb (2012). Antifragile: Things That Gain from Disorder. Random House. ISBN 9781400067824.
[2] La innovación frugal es el proceso de reducción de la complejidad y del costo de un bien. Por lo general, esto se refiere a la eliminación de las características no sustanciales de un bien duradero. Es el diseño de productos de mayor durabilidad (eliminación de la obsolescencia programada), donde se utilizan canales de distribución no convencionales, que acercan la demanda y la oferta. http://www.frugal-innovation.com/research-summary/
¡Excelente análisis!, sin embargo, me permito señalarte un desacuerdo. La falta de independencia de poderes, es una debilidad desde el punto de vista de un demócrata, como tú o como yo, pero no lo es para quienes desean gobernar bajo la directriz de un modelo colectivista-totalitario, para ellos es una condición absoluta y necesaria. A partir del rechazo de la reforma constitucional en 2007, el gobierno comienza a instaurar un Estado paralelo, al margen de lo que establece la Constitución Nacional, y basado en la reforma rechazada, conviertiendo al gobierno en régimen. Por ello, creo que pensar en las elecciones parlamentarias como una oportunidad de cambio, es convivir con el modelo, es asegurar una cuota de poder. Bajo el escenario de que se realicen las elecciones y alcancemos la mayoría absoluta (en el supuesto de transparencia electoral es posible), el régimen tiene la posibilidad de cerrar el paso con el artículo 214 de la Constitución Nacional, bloqueando así cualquier posibilidad de cambio. Es clave entonces, en este escanario la independencia del TSJ, y sabemos, que éste es una extensión del poder ejecutivo.