En Venezuela, la enseñanza importante de los procesos electorales es el mandato del silencio de la gente, sobre la necesidad de la reconciliación, de la unidad y de la voluntad de cambio. La desconfianza y la ausencia de cooperación conduce a una pérdida mayor para todos, sólo bajo el acuerdo será posible el éxito. La polarización como cultura política conduce a desastres mayores.