Recesión con inflación
Durante el primer semestre de 2023, el sector productivo se ha visto afectado por las dificultades de financiamiento del capital de trabajo y por la imposibilidad para ajustar los procesos de producción, a la variabilidad del tipo de cambio y a la voracidad fiscal. En lo institucional, la creciente proliferación de normativas que fomentan la extracción de rentas a través de los mercados negros es el otro factor que asfixia la economía nacional.

La volatilidad del tipo de cambio se manifiesta de variadas formas: la que ha sido mayor los martes y menor los viernes (estacionalidad), la que aumenta con la emisión irresponsable de dinero (tendencia), y la (estructural) que se mantiene debido a la proliferación de regulaciones. En todos estos acontecimientos es innegable la acción de gobierno, no son el producto de un azar ontológico de algo irreductible y aleatorio. Lo que ocurre en el país, como desorden que impide el buen funcionamiento del mercado, es consecuencia del manejo inadecuado de la política fiscal, de la monetaria y de la asfixia de un marco regulador mal diseñado.

El primer trimestre mostró una variación superior de la liquidez en comparación con la emisión de dinero (base monetaria), también una reducción de las reservas internacionales netas. Sin embargo, el alivio de la intermediación financiera y la mayor afluencia de divisas no bastaron para incentivar la producción. A las interrupciones en el suministro eléctrico y a los fallos en la distribución de combustibles se sumó la extracción intensa de rentas fiscales, por parte del gobierno central y de las alcaldías. Estos eventos en un exhausto país distrajeron los recursos de capital de trabajo de las empresas, necesarios para su funcionamiento. El desajuste entre una demanda creciente de bienes y servicios y la contención de la producción derivaron una oportunidad en mayor inflación y erosión del tipo de cambio. El segundo semestre presentó un escenario en el cual, a pesar de un incremento de la emisión de dinero, la inflación se redujo. Es un suceso que guarda relación con la disminución de la liquidez y la activación de los mecanismos contractivos de la intermediación bancaria con un flujo neto de divisas superior. En este contexto, la creación adicional de dinero permite un mayor gasto público con respaldo y una neutralización del efecto sobre el mercado de divisas por la vía de la reducción del financiamiento bancario. El costo de contención parcial del alza de precios sin flexibilizar el marco regulatorio es el aumento de la condición recesiva de la economía sobre la inflación.

La observación de lo acontecido a lo largo del periodo confirma la hipótesis de las consecuencias de la emisión irresponsable de dinero como fuente de inflación. El nivel general de precios no cede muy a pesar de los esfuerzos por evitar la erosión del tipo de cambio, utilizando las reservas internacionales netas y la contención de la intermediación bancaria. El cuadro recesivo sin freno de la inflación se refuerza con las dificultades en la distribución de combustible y los cortes eléctricos. Lo menos indicado como política económica es la fiscalización extrema por parte del gobierno y de las alcaldías. No habrá recuperación sostenida sin la flexibilización de las normas, sin la eliminación de la emisión irresponsable de dinero y sin un mecanismo que permita la libre circulación de divisas y moneda nacional.