El origen de la emisión irresponsable de dinero

El dinero y el entrelazamiento de los procesos financieros y los de manufactura

El mundo de la economía es un sistema entrelazado entre la actividad financiera y la de la producción de bienes y servicios. El ciclo de los procesos financieros es instantáneo, pues quienes transan, pueden ejecutar una acción de compra y venta en cualquier momento de acuerdo con las preferencias y a la percepción de valor de cada uno. Pero, el ciclo de los procesos de producción consume mucho más tiempo, desde un día hasta años, verbi gratia, el maíz tiene un ciclo que oscila entre 95 y 161 días, producir un par de zapatos vez que se poseen todas las condiciones de la puesta a punto necesita cuarenta horas de fabricación. El horizonte temporal de la compra de bienes y servicios de consumo final es instantáneo, mientras que el de manufactura es mucho más largo y complejo.

Los hechos validan el principio de no neutralidad del dinero, pues los cambios en la cantidad de dinero en circulación pueden tener un impacto real, además del nominal, en la economía. No es un bien neutro que solo afecta con exclusividad a los precios, pues también lo hace con otras variables como el empleo, la producción y la distribución de la riqueza. Esta teoría se basa en la idea de que los agentes económicos no siempre ajustan sus expectativas y decisiones de manera inmediata y perfecta a las variaciones en la cantidad de dinero. Por lo tanto, los cambios en la oferta monetaria pueden tener efectos reales a corto y mediano plazo (1).

En Venezuela, la inflación y el desorden del mercado de divisas comienzan con la creación de dinero. Durante el año 1974 (2) se suspende la obligatoriedad de respaldo crediticio para la emisión de billetes y monedas. Desde ese momento hizo su aparición la inflación como problema que afecta el poder adquisitivo, la producción, el empleo y la distribución de ingresos.

Para que un país disfrute de estabilidad social, debe lograrse un equilibrio entre el mundo financiero y la economía real. Esto se relaciona con la incertidumbre en términos de precios y tipos de cambio, que puede provocar pérdidas a quienes participan en el mercado. Cuando un empresario decide producir, no es posible parar y poner en marcha la planta cada vez que cambian estas variables. Existe una continuidad en la dinámica de los procesos de producción que conlleva una complejidad en la toma de decisiones con gastos probables asociados a la incertidumbre.

Hemos observado una gran variabilidad de los tipos de cambio en ciclos mensuales, lo que creemos que es el origen del problema de la heteroscedasticidad. Cuando la periodicidad se amplía a lecturas anuales, la volatilidad desaparece y entra en acción el mecanismo de autorregulador del mercado, que impide que las variaciones del tipo de cambio se desvíen de las de la base monetaria.

Las emociones en los procesos en desarrollo y la reflexión sobre sus consecuencias

Las emociones (3) son una parte fundamental del comportamiento, y juegan un papel importante en la toma de decisiones y el pensamiento. Según la tesis de Kahneman, pueden influir en lo que hacemos, ya sea de forma consciente o inconsciente. Este autor considera que el cerebro humano tiene dos sistemas de pensamiento. El primero es rápido, automático, inconsciente e intuitivo, y se basa en la experiencia previa. Es el que utilizamos para actuar de modo instantáneo y en situaciones de riesgo. El segundo, es más lento, consciente y reflexivo, y se aplica en decisiones más complejas y de razonamiento lógico.

El mundo instantáneo del ámbito financiero privilegia las pulsiones del instinto sobre el pensamiento reflexivo. Y si en ese momento el individuo posee saldos de efectivo, puede corregir sus decisiones efectuando compras no previstas y adelantando o difiriendo gastos programados, aun a sabiendas de que esa práctica es insostenible en el tiempo. Luego cuando llega el sosiego se activa la reflexión que servirá para el futuro y nada en el presente.

Con una expectativa alcista, en lapsos inferiores a un mes, la gente puede suponer que el tipo de cambio subirá de manera sostenida, desviando los gastos de su presupuesto ordinario, alimentando aún más la tendencia al alza. Sin embargo, esto solo puede mantenerse con inyecciones adicionales y ampliadas de creación de dinero.

Son factores que en períodos inferiores a un año impiden una correcta explicación del comportamiento causal entre la creación de dinero, el tipo de cambio y la inflación derivada de la observación de los hechos. Las transacciones en tiempo real y el rol de los medios de pago pueden ser son fuerzas impulsoras o destructoras de valor económico. Porque nunca sabremos dónde se encuentra el “dinero” que le permite existir como medio de pago, unidad de cuenta y depósito de valor; esto solo se aclara cuando se realiza una transacción. 

El comportamiento de la gente depende de una infinidad de factores, el consumidor no posee de manera razonada y consciente ninguna preferencia a priori. En la época actual, esa conducta se ha visto reforzada hasta el extremo por una cultura mediática sujeta a las improntas de los “influencers”, el poder político y la economía. La voluntad de actuar de los individuos viene determinada más por la percepción y el significado que atribuyen a los acontecimientos, en los que se encuentran, que por las verdaderas explicaciones accesibles mediante un pensamiento claro y reflexivo.

En definitiva, cuando se trata del dinero, una persona podría de modo razonado, en el tránsito de un día, de una semana y hasta de un mes, reasignar su presupuesto por la ejecución de uno tensional cuyo sostenimiento es imposible más allá de un mes. Este comportamiento hace posible que la relación entre la emisión de dinero, los precios y el tipo de cambio sea volátil con resultados inesperados. Si cualquiera de esas variables tiene un comportamiento sorpresivo, los “influencers” opinan que el gobierno no puede impedirlo, y todos piensan igual, cada uno desviará sus compras del presupuesto original. Van a adquirir divisas o bienes más sensibles a esos eventos, con lo cual incluso si el gobierno retirara dinero de circulación, los precios y tipo de cambio podrían seguir aumentando.

En consecuencia, no es posible hacer predicciones exactas sobre la inflación y el mercado de divisas, aunque la causa fundamental de los cambios sea la emisión irresponsable de dinero. La dinámica de las economías real y financiera tiene su propio ritmo temporal, en el que cada persona dispone de un relativo margen de maniobra, en períodos inferiores a un año, para, de forma ilusoria, escapar de la vinculación mutua de ambos mundos.

La emisión irresponsable de dinero, las dificultades para el crecimiento y la injusticia

Como los sistemas reales y financieros se relacionan de modo asíncrono, si la emisión irresponsable de dinero provoca inflación, tendrá consecuencias negativas en la producción. Además, en caso de que existan grupos sociales con excedentes e información privilegiada, aumentaría la desigualdad. Es el mal recreado de caída de la producción con injusticia.

Estamos frente a una “elección moral” pues la cultura de la “emisión irresponsable de dinero” está tan arraigada en nuestro país que en la práctica resulta imposible para quienes ejercen el poder de emisión renunciar a hacerlo. Esta realidad histórica permite la previsión adecuada y prudente de que nunca habrá continencia por parte del funcionario desde el momento que disfruta del poder de emisión. Los daños de los procesos inflacionarios afectan en esencia a los más vulnerables de la sociedad y forman parte de los orígenes de la demolición socioeconómica del país.

Es una elección moral fundada en la buena intención y acción para aliviar el sufrimiento de los pobres y liberar las capacidades de quienes producen y emprenden. Los efectos presumibles de la supresión del señoreaje y de la soberanía que supone una “dolarización” tienen impactos tolerados que guardan proporción con lo que se intenta. Hasta ahora, el señoreaje y la soberanía que permite la emisión de dinero solo han tenido efectos perversos.

Desde el punto de vista conceptual, lo que hemos calificado de «irresponsable» es el supuesto de que el dinero puede utilizarse para fines distintos del mantenimiento de la estabilidad monetaria y de la autonomía del ente emisor. Ni Hayek, ni Friedman, ni Keynes (4) propusieron ir más allá de la salvaguarda del sistema de precios. Este último aceptaba el uso del déficit presupuestario en los casos en que hubiera desempleo involuntario, exceso de inventarios de materias primas y piezas con fábricas funcionando por debajo de su plena capacidad.

Lo que sí es un error es atribuir los ajustes de precios, en un mundo en transición, al manejo del dinero cuando obedecen a la bifurcación civilizatoria geopolítica, a la disrupción tecnológica y a los daños a la biodiversidad (entre ellos la misma pandemia). La deslocalización industrial en el mundo con el advenimiento de la impresión 3G y la tecnología 5G nos indica la existencia de una destrucción creativa, equivalente a la “Schumpeteriana”, que se agrega a los demás eventos anteriores.

En Venezuela, todo lo que la ciencia y la experiencia en materia monetaria reconoce en el mundo se tergiversa, porque el sostenimiento de la emisión irresponsable ha desmantelado la base productiva del país y ha afectado en esencia a los más vulnerables. Desde 1973 hasta el presente hemos acumulado estudios y evidencias sobre la emisión irresponsable de dinero, la inflación y el tipo de cambio con series de tiempo mensuales sometidas al rigor de pruebas “estocásticas” que validan lo antes dicho.

La emisión de dinero en EE. UU. y en la UE, desde la época de Charles De Gualle, dejó de ser irresponsable. En esos lugares no es controlada por sus gobiernos sino por el ente emisor con autonomía y reglas de actuación bien claras.

Esa cultura rentista de meter la mano en el bolsillo de la gente para extraer su poca capacidad de adquisición con emisión de dinero es una injusticia y quienes han pasado por diferentes unidades de investigación lo saben. En esta nación hay emprendedores, gente y organizaciones que se han fortalecido desde la adversidad, sin relaciones privilegiadas con el poder ni con prácticas de dudosa moral. A pesar de una asfixia regulatoria intensa y extensa, de una mala gobernanza. Nada ha impedido que la “dolarización”, imperfecta e inevitable, se abra espacios precarios desde la economía. Con un funcionamiento menos cruel que el existente y una incipiente respuesta para restablecer la democracia, la esperanza y la confianza en el futuro.

El dilema del gobierno es cuántas concesiones puede hacer ante sus apoyos de sostenibilidad. Por una parte, los que provienen de la economía informal destructiva y de la explotación agresiva de los recursos naturales. Y, por la otra, los que emanan de una alineación circunstancial de intereses con organizaciones situadas más allá de los límites de la legitimidad. Es la disyuntiva de su propia existencia con poder efectivo sobre el territorio ante organizaciones cuya naturaleza no admite acuerdos ni compromisos en su afán de extracción de rentas.

Se propone una transición hacia un mecanismo que facilite recuperar el derecho a poseer una verdadera unidad monetaria. Un dinero que les permita expresar el valor de las cosas, comparar precios de bienes y servicios, de modo transparente para sus transacciones. Y, si lo desean, conservar parte de su riqueza en forma de dinero sin riesgo de devaluación anticipada por la inflación.

Sin embargo, cada uno se enfrenta a la elección moral de buscar un mejor equilibrio entre las emociones y la razón e inmunizarse contra la «infoxicación» que propagan las redes sociales.

Referencias bibliográficas

(1) El tema de la neutralidad del dinero puede ser consultado en:

Paul Davidson: «Money and the Real World». Publicado en 1978. ISBN: 978-0333247133.

Stephanie Kelton: «The Deficit Myth: Modern Monetary Theory and the Birth of the People’s Economy». Publicado en 2020. ISBN: 978-1541736184.

Hyman P. Minsky: «The Financial Instability Hypothesis». Publicado en el Journal of Economic Issues en 1977. ISBN: 978-0913447002.

Don Patinkin: Money, Interest, and Prices: An Integration of Monetary and Value Theory (1st ed.). Harper & Row. 1965. ISBN: 978-0151018040

Joseph Stiglitz: «Whither Socialism?». Publicado en 1994. ISBN: 978-0262691826.

Wynne Godley: «Seven Unsustainable Processes: Medium-Term Prospects and Policies for the United States and the World». Publicado en 2000. ISBN: 978-1899407069.

(2) «La Ley del Banco Central reformada en 1974, vario parcialmente el régimen de respaldo de los billetes de] Banco y de la acuñación de monedas, atribuyendo esta última función al Banco Central, derogándose así, la Ley de Monedas. El artículo 76 de la Ley vigente establece que el Banco Central de Venezuela solo podrá poner en circulación billetes y monedas metálicas: mediante la compra de oro; mediante la compra de cambio extranjero, y mediante las demás operaciones de crédito previstas en la Ley; agregando, el artículo 77, como se dijo, que «los billetes y monedas que regresen del Banco por la. venta de oro o cambio extranjero o de otros activos, o en pago de créditos y previamente otorgados, quedarán retirados de la circulación y no podrán volver a ella sino en virtud de nuevas operaciones de las especificadas en el artículo anterior».
«Se mantiene, así, el principio del necesario respaldo crediticio para la emisión de billetes y la acuñación de mondas, a los efectos de garantizar su convertibilidad. Sin embargo, el texto de la Ley de 1974 eliminó la obligaci6n que tenía antes el Banco Central, de tener un encaje legal determinado a los fines de asegurar la convertibilidad de sus billetes.»

Aspectos del Régimen Jurídico de la Moneda
Allan R. Brewer-Carias
Revista de Derecho Público Número 13 / 1983
Director del Instituto de Derecho Público de la Universidad Central de Venezuela
https://allanbrewercarias.com/wp-content/uploads/2007/08/231.-213.-Aspectos-del-r%C3%A9gimen-jur%C3%ADdico-de-la-moneda-rdpub_1983_13_5-20.pdf

(3) En este trabajo las emociones han sido tratadas con base en:

A. R. Damasio:Descartes’ error: Emotion, reason, and the human brain. Putnam. Editorial: Penguin Random House. 1994. ISBN: 978-0399140438.

M. S. Gazzaniga: Cerebral specialization and interhemispheric communication: does the corpus callosum enable the human condition? Brain, 2000. 123(7), 1293-1326. https://doi.org/10.1093/brain/123.7.1293

D Kahneman: Thinking, fast and slow. Farrar, Straus and Giroux. 2021.

(4) Sobre la relación entre la emisión de dinero y la inflación se puede profundizar en:

Milton Friedman: (1963). Inflación y sistema monetario. Fondo de Cultura Económica. 1963. ISBN: 978-9681603057.

F. A. Hayek: Dinero, capitalismo y ciclo económico. Unión Editorial. 1979. ISBN: 978-8472090849.

J. M. Keynes: Teoría general del empleo, el interés y el dinero. Fondo de Cultura Económica. 1936. ISBN: 978-9681603033.



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