La ciencia económica resurge con las investigaciones sobre los sesgos cognitivos (Kahneman) que moldean el juicio y permiten el descubrimiento de la trama causal de lo que ahora se denomina posverdad y posfactualidad. Es el desorden que introduce la variabilidad no deseada como fuente de errores de juicio y dificulta el tránsito hacia una sociedad más justa y democrática.
Quizás las perversiones, creencias, la realidad tergiversada que ahora afloran en tiempo real para cada uno de los habitantes del mundo, desde la península de Seward hasta el Punto Nemo, siempre estuvieron presentes en sus vidas y formaron parte de la existencia humana. La novedad de estos tiempos es que esas distorsiones han tomado un rol determinante en la acción cada individuo con consecuencias sobre el ambiente, la vida en sociedad, la política y la economía.
Las creaciones humanas han dado lugar a máquinas, objetos y procesos tangibles e intangibles. Ellos pueden mejorar mediante el análisis de las desviaciones con respecto a un valor medio o deseado. También, la acción humana trata de identificar la probabilidad de que ocurra un acontecimiento basándose en pruebas, hechos y datos objetivos. Es la manera de tomar decisiones informadas y emprender las acciones adecuadas.
Con el advenimiento de la gran bifurcación tecnológica global el ruido se ha hecho ensordecedor, las llamadas redes sociales son a su vez redes asociales que recrean la separación entre fronteras, al interior de las familias, en las organizaciones políticas. En esos espacios fragmentados confluyen multitud de mundos, en los cuales hay una evidente incapacidad institucional para proveer normas que les permitan a las personas su realización sin dificultades.
A modo de ilustración, la fabricación de un frasco de mayonesa puede dar origen a un producto fuera de especificaciones, su detección es en esencia objetiva. Es un ente inanimado, sin capacidad para reflejar estados de ánimo, tener creencias o saberes reflexivos, cuando ocurre un error se dice que hay un sesgo cuya distribución es normal alrededor de un valor medio. Tal como lo hemos planteado, las cosas no poseen las facultades del pensamiento, ni del sufrimiento, ni del bienestar, que den origen a una variabilidad aleatoria.
Las relaciones humanas dan lugar a comportamientos difíciles de explicar debido a la presencia tanto de sesgos objetivos como de ruido condicionado. La conducta humana está influida por las emociones, que pueden crear incertidumbre deliberada de forma consciente o inconsciente. Su detección y corrección es más compleja, pues guarda relación con el estado del ánimo, el momento, las creencias y las emociones. La actividad del hombre genera una volubilidad cuyo impacto puede tener igual, más o menos peso que los sesgos, además de ser diferentes para cada uno.
A lo largo de la historia, la variabilidad residual ha sido considerada de poca importancia. Esto se debe a que la interacción social requiere tiempo para facilitar el pensamiento reflexivo y alinear intereses y objetivos. Se trataba de un universo de ruido imperceptible. Sin embargo, con el advenimiento de la tecnología y el bombardeo incesante de información, esta variabilidad se ha vuelto cada vez más importante. El flujo constante datos ha dificultado que las personas encuentren tiempo para la reflexión y la alineación, lo que ha provocado una falta de claridad en las metas y los objetivos. La clave está en encontrar un equilibrio entre las ventajas de la tecnología y la necesidad de reflexión y alineación para alcanzar el éxito tanto en el ámbito personal como en el profesional.
El uso de lenguaje vitriólico y ataques a la persona ha marcado los procesos electorales más recientes. Por desgracia, en lugar de centrarse en cuestiones de fondo y políticas constructivas, los candidatos recurrieron a la difamación y a los insultos, con la esperanza de influir en la opinión pública a su favor. Fue el contexto de reproducción de verdades según los intereses de cada grupo político.
Con el advenimiento de la gran bifurcación tecnológica global el ruido se ha hecho ensordecedor, las llamadas redes sociales son a su vez asociales que recrean la separación entre fronteras, al interior de las familias, en las organizaciones políticas. En esos espacios fragmentados confluyen multitud de mundos, en los cuales hay una evidente incapacidad institucional para proveer normas que les permitan a las personas su realización sin dificultades.
Ese contexto de desorden alcanza a nuestras universidades. Estas, en su institucionalidad precaria, sobreviven inmersas en la reproducción de los males que abruman al país, con la perpetuación forzada de sus órganos de cogobierno que desde un poder sin contrapesos dirige a la nación. No obstante, a pesar de la desolación, hay una especie de orden espontáneo que es resguardo de su existencia, al observar importantes logros que contribuyen con propuestas que agregan valor social. Hay una institución universitaria que se ha fortalecido desde la adversidad, indagando sobre el saber para empoderar a las comunidades. También, brinda apoyo a las pequeñas y medianas empresas que, en medio de la demolición del país, representan las verdaderas fuentes de una precaria pero sólida recuperación. Estas son las buenas señales, sin ser creadas de forma deliberada, que se avizoran en el futuro próximo del país.
En resumen, la ciencia económica está explorando el impacto de los sesgos cognitivos en el juicio humano, en especial en un mundo caracterizado por la posverdad y la posfactualidad. Las creaciones de las personas y las relaciones sociales también están sujetas a desviaciones y ruido, lo que hace que la detección de errores y la toma de decisiones informadas sean desafiantes. El auge de la tecnología y las redes sociales ha acentuado la importancia de la reflexión y la alineación para alcanzar una sociedad más justa y democrática.
Referencias para profundizar más sobre el tema:
Kahneman, D. (2011). Thinking, Fast and Slow. ISBN: 9780374533557. Este libro escrito por Daniel Kahneman explora los sesgos cognitivos y cómo afectan nuestro juicio y toma de decisiones. Proporciona una visión en profundidad de la forma en que funcionan nuestros procesos de pensamiento y cómo pueden influir en la posverdad y la posfactualidad.
Kahneman, D, Sibony O. y Sunstein K. (2021). Noise: A Flaw in Human Judgement. El ISBN-10 es 0316451401 y el ISBN-13 es 978-0316451406. El libro analiza el concepto de “ruido” en el juicio humano, que se define como “variabilidad indeseable en los juicios sobre el mismo problema”. Los autores exploran por qué las personas hacen malos juicios y cómo hacerlo mejor al reducir la influencia del ruido, que puede causar sesgos en la toma de decisiones. Ellos esperan crear una nueva subciencia centrada en analizar y reducir el ruido en las organizaciones y los juicios de todo tipo.
Sunstein, C. R. (2017). #Republic: Divided Democracy in the Age of Social Media. ISBN: 9780691175515. En este libro, Cass R. Sunstein examina el impacto de las redes sociales en la sociedad y la política, destacando cómo contribuyen a la fragmentación y al ruido en lugar de fomentar la discusión y el diálogo constructivo. Aborda también las consecuencias negativas de la difamación y los ataques personales en el contexto de los procesos electorales.
Taleb, N. N. (2007). The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable. ISBN: 9781400063512. En esta obra, Nassim Nicholas Taleb explora la influencia de los eventos extremadamente improbables y cómo pueden afectar nuestras percepciones y decisiones. Ofrece una perspectiva sobre la incertidumbre y la variabilidad que pueden surgir en diferentes ámbitos, incluyendo la economía.