El socialismo del acaparamiento de las rentas por parte de pocos y de la socialización de los males entre los demás.

En el pensamiento de los socialistas siempre aparece la idea del país como potencia, y peor, ellos se creen que se puede construir el país como fortaleza, a partir de rígidos controles sobre lo que los actores económicos quieren hacer. Para ellos dejar que la gente ejerza su libertad de hacer, da lugar a la explotación de los trabajadores por parte de la burguesía y a la subyugación del país por parte de potencias extranjeras.

Cometen un error desde el inicio: los rígidos controles no hacen a un país más próspero, lo hacen más frágil. Los sistemas sociales prosperan y se auto regulan cuando se exponen a la volatilidad, a la oportunidad del desorden, a la aventura de vivir tomando riesgos y retando a la incertidumbre. Puro desperdicio, casi  todo un país haciendo tareas que no agregan valor, gastando su energía vital en búsqueda, colas, hacinados en la violencia entre si mismos.

Se trata de mejorar los procesos y no de buscar un supuesto hombre nuevo o mejor. Esa búsqueda, del hombre superior con intentos fallidos de someterle como si todos fuésemos sillas, están condenados al fracaso. Las sillas cumplen mejor su propósito mientras menos variabilidad tengan y cumplan estándares de calidad. El ser humano aprende con los procesos, no se hizo para someterse a un molde para que todos fueran iguales. Todo intento controlador genera desperdicio, entropía.

La complejidad del entramado socioeconómico, político y tecnológico impide cualquier ensayo de sometimiento de la realidad por la vía directa de controles, por el contrario más se puede lograr de sistemas que orientan sus esfuerzos para asumir el riesgo y la incertidumbre, que del intento de su sometimiento. Se trata de formular reglas que aseguren mecanismos auto reguladores de la sostenibilidad del sistema.

Es mucho más fácil de averiguar si algo es frágil que predecir la ocurrencia de un acontecimiento capaz de hacer daño a partir de misma vulnerabilidad. La fragilidad puede ser medida, puede ser gestionada; el riesgo de ocurrencia, no (a excepción de los casinos o en la mente de las personas que se llaman a sí mismos «expertos en riesgo»). Esto proporciona una solución a lo que se llama el problema del Cisne Negro – la imposibilidad de calcular los riesgos de eventos importantes y raros y predecir su ocurrencia- (tomado del autor Nassin Nicholas Taleb).

La sensibilidad a los daños causados por la volatilidad es remediable, incluso más que la predicción del evento que pueda causar daño. Por lo tanto, proponemos que nuestros enfoques actuales predicciones, previsiones y la gestión del riesgo se mantengan en la mente, no fuera de allí. La prospectiva es un ejercicio de anticipación creativa de posibles cursos de acción, no de formulaciones de predicciones o profecías.

El socialismo tiene sus fundamentos en la colonización de los poderes públicos y en la asfixia regulatoria. Hasta ahora el resultado del socialismo ha sido la apropiación de rentas por unos pocos en el gobierno y entre sus amigos, y por otra parte,  la socialización de todos los males públicos, distribuyendolos entre los demás venezolanos, con una enorme ruina del país. El dilema del socialismo es que, la apropiación de rentas con un precio del petróleo de 101 $ por barril promedio del año 2012, no es la misma a 31 $ por barril en lo que va de este año 2016, esta reducción representa una caída es de 69%. Bajo el supuesto de unas 10.000 personas en la nomenklatura gubernamental, con una hipotética apropiación de 10% de la renta petrolera, por año, el monto en dólares representa una reducción por miembro  desde 1.069.085 $ a 328.135,00 $. Esta pobre gente también las pasa mal y tendrá que reducir su número de 10.000, para no soportar una pérdida tan grande.


Nota. El principio de la anti fragilidad  procede de los escritos de Nassin Nicholas Taleb y los de la complejidad de la teoría del caos, aplicados en el campo de la economía.

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